ORIENTACIÓN EDUCATIVA Y SALUD MENTAL INFANTO-JUVENIL (I) :Incidencia de problemas de salud mental en niños y jóvenes.



Desde hace algunos años vengo observando en mi trabajo como Orientador Educativo un aumento significativo de alumnas y alumnos que presentan dificultades  de diversa índole en el centro educativo derivados a problemas de su salud mental. Problemas graves de comportamiento, crisis de ansiedad, desmayos y mareos debidos a deficiencias alimentarias, problemas emocionales, auto-lesiones… son algunas de estas dificultades que, trascendiendo lo educativo y académico, son cada vez más frecuentes en el día a día del centro educativo.

Ante esta realidad tanto yo como orientador educativo como el resto del profesorado de mi centro nos hemos visto superados por problemáticas que trascienden ampliamente  nuestras funciones y competencias profesionales pero que se manifiestan de forma extensa e intensa en el propio centro educativo, incidiendo de forma significativa en el desarrollo de la labor docente y educativa así como en el clima y convivencia del centro. Y  al mismo tiempo estamos siendo testigos de la baja o nula atención que se está dando a esta problemática desde los recursos externos especializados (casi siempre debido a la saturación de los mismos por la escasez de recursos personales en estos servicios públicos).

Lo primero que me planteé frente a esta incidencia cada vez más frecuente de problemas derivados de las salud mental de nuestro alumnado  era documentarme  y comprobar si se trataba de un hecho coyuntural y aislado, de una problemática específica del centro o de la comarca en la que éste se encuentra o bien es algo más generalizado y extendido en la infancia y juventud de esta sociedad de primer tercio del siglo XXI.

Tras un proceso de búsqueda de documentación y estudios epidemiológicos o de incidencia de problemas de salud mental infanto-juvenil que se hubieran realizado recientemente, mi primer hallazgo es la inexistencia de algún estudio actual, completo  y riguroso en España. Y este hecho ya en sí mismo es un dato significativo de la atención que se está dando en nuestro país a esta problemática.
No obstante he podido recopilar información pertinente para, al menos, tener una idea más adecuada y objetiva sobre el estado de esta cuestión.

Los datos ofrecido por la OMS sobre la salud del adolescente indican que:
  • Una de cada seis personas tiene entre 10 y 19 años de edad.
  • Los trastornos mentales representan el 16% de la carga mundial de enfermedades y lesiones en las personas de edades comprendidas entre 10 y 19 años.
  • La mitad de los trastornos mentales comienzan a los 14 años o antes, pero en la mayoría de los casos no se detectan ni se tratan.
  • La depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre adolescentes a nivel mundial.
  • El suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años.
  • No abordar los trastornos mentales de los adolescentes tiene consecuencias que se extienden hasta la edad adulta, y que afectan tanto a la salud física como a la mental y limitan las oportunidades de llevar una vida adulta satisfactoria.
En una publicación del Instituto de la Juventud de 2006 (Problemas emergentes en la salud mental de la juventud)  se señalaban ya entonces cinco problemas relevantes que estaban aumentando en su frecuencia de aparición en los jóvenes españoles:
  1. Trastornos alimentarios
  2. Violencia escolar
  3. Suicidio infantil y juvenil (segunda causa de mortalidad, después de los accidentes, entre la población de 15 a 24 años)
  4. Aislamiento social y depresión
  5. Internet: aislamiento social, conductas delictivas
La Asociación Española de Neuropsiquiatría realizó en 2009 un “Informe sobre la salud mental en niños y adolescentes” en el cual se indicaba que los datos epidemiológicos disponibles entonces estimaban una prevalencia del 20% de trastornos mentales de niños y adolescentes en todo el mundo, de los cuales entre el 4% y 6% eran trastornos graves. De igual forma señalaba este informe que la prevalencia de los trastornos mentales en niños y adolescentes en España era similar a la observada en otros países, y se situaba entre un 10%-20%, según  diferentes estudios.

Los datos más actuales de un estudio riguroso sobre esta problemática no es un estudio especifico de salud mental infanto-juvenil, sino que se trata del Estudio sobre conductas de los escolares relacionadas con la salud (Health Behaviour in School-aged Children o HBSC, estudio internacional con estatus de Estudio Colaborador de la Organización Mundial de la Salud. En sus edición de 2018 el estudio realizado en España nos ofrece unos datos interesantes y actuales, además de específicos de la edad entre 11 y 18 años:
  • Más de un tercio de los adolescentes (39,6%) revela que ha tenido algún tipo de malestar psicosomático físico al menos casi todas las semanas en los últimos 6 meses, con un porcentaje de chicas más alto (48,1%) que el de chicos (30,6%), (diferencias que además aumentan con la edad) y un porcentaje mayor en los chicos y las chicas de capacidad adquisitiva baja (42,0%) frente a los de capacidad adquisitiva alta (37,6%)
  • Más de la mitad de los adolescentes (53,3%) considera que ha experimentado algún tipo de malestar psicológico al menos casi todas las semanas en los últimos 6 meses, también con  marcadas diferencias entre chicas 60,1% y chicos 46,3%. Cruzando los efectos de la edad con el sexo de los participantes, quienes menos perciben este tipo de malestar son los chicos de 11-12 años (43,4%) frente a las chicas de 17-18 años (73,0%), apreciándose así una tendencia creciente en el malestar psicológico de las chicas asociada a la edad. De igual forma, el porcentaje de adolescentes que presentan esta frecuencia de malestar psicológico es mayor en los chicos y las chicas de capacidad adquisitiva baja (57,5%, frente al 50,0% de capacidad adquisitiva alta).
A falta de estudios oficiales o investigaciones científicas actualizadas referentes a la incidencia de problemas de salud mental infanto-juvenil en España, me ha llamado poderosamente la atención las informaciones aparecidas en diversos medios de comunicación en fechas recientes, indicativas al menos de que esta problemática empieza a ser preocupante para la opinión pública y medios de comunicación.

El diario EL PAÍS publicaba un editorial el pasado 29 de diciembre de 2019 cuyo titular era: Ansiedad juvenil. (La inseguridad y el miedo al futuro hacen mella en la salud mental) en el que se señalaba que los trastornos de ansiedad y depresión están afectando  de forma creciente a los jóvenes, ofreciendo el dato de que  en 2017 que un 11% de los jóvenes de 15 a 29 años sufre ansiedad, crisis de pánico y diferentes tipos de fobias sociales.

El mismo periódico, en esa misma fecha y en su sección de Sociedad publicaba otro artículo : Adolescentes que se autolesionan como salida a su frustración en el cual se informaba de que  psiquiatras de la sanidad pública están alertando  sobre la falta de recursos para prevenir los cada vez más frecuentes daños físicos autoinfligidos entre jóvenes.

En octubre de 2018, con motivo de la celebración del día mundial de la salud mental, la web de RTVE publicaba una noticia en la que se informaba de que “los expertos advierten: la sociedad actual puede llevar al límite la salud mental de los más jóvenes”. Además se señalan como los trastornos más frecuentes en adolescentes la depresión, la ansiedad, trastornos de la alimentación, adicciones (no necesariamente el alcohol o las drogas, sino dependencia de las nuevas tecnologías o de los videojuegos) y otros como el  trastorno disocial de la personalidad (que les genera conductas  antisociales y violentas) y la fobia social.

En relación a este trastorno disocial en diciembre de 2019 en España la fiscalía alertaba  de un aumento de delitos violentos entre los menores e informaba de que los  abusos y las agresiones sexuales habían aumentado aumentado un 24,4%, también al igual que  la violencia doméstica.

Fuera de nuestras fronteras el Instituto Nacional de Estadística de Reino Unido publicó en su día un informe sobre Salud Mental Infanto-juvenil, fruto de una encuesta emprendida en Inglaterra durante el año 2017, según informaba la web de Infocop. En este informe que se pone de manifiesto el incremento de la prevalencia de problemas de salud mental infanto-juvenil en este país, aumentando de un 9,7% en 1999 y un 10,1% en 2004, al 11,2% en 2017.

Resumiendo se podría concluir que los problemas de salud mental afectan a un porcentaje significativo de niños, adolescentes y jóvenes (en torno a 1 de cada 5), que muchas veces no han sido ni prevenidos ni detectados o al menos no han sido diagnosticados en sus primera fases de forma que se pudiera evitar una parte considerable de las consecuencias para el desarrollo, ajuste social y salud de este sector de la población.

También parece verosímil afirmar que en los últimos años está habiendo una mayor presencia de estos problemas de salud mental infanto-juvenil en nuestra sociedad, según detectan diversos expertos y según esta siendo recogida esta realidad por la opinión pública y/o publicada.



Imagen Pixabay (no necesario reconocimiento)

Comentarios

Publicar un comentario

Se agradecen los comentarios

LO MAS LEIDO

APRENDER A APRENDER

RULER: UN PROGRAMA EFECTIVO DE APRENDIZAJE SOCIAL Y EMOCIONAL

DISEÑO UNIVERSAL PARA EL APRENDIZAJE

PROGRAMAS DE EDUCACIÓN EMOCIONAL

APRENDIZAJE EMOCIONAL Y SOCIAL