ORIENTACIÓN EDUCATIVA BASADA EN PROGRAMAS DE PREVENCIÓN Y DESARROLLO
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Imagen: Pixabay |
A finales de los 90 del siglo pasado, cuando
yo me iniciaba en esta profesión de la Orientación Educativa, uno de los libros
de me sirvieron de importante referencia fue “Orientación psicopedagógica
para la prevención y el desarrollo” del también referente profesor Rafael
Bisquerra, publicado en 1992.
Este modelo de orientación educativa, que
parte del análisis sistémico para intervenir mediante programas se me presentaba
como una interesante y válida alternativa al tradicional, y para mi desfasado, modelo
de servicios que se mantenía anclado en el diagnóstico psicopedagógico, el
tratamiento de casos y el asesoramiento.
Transcurridos más de 25 años he podido
comprobar cómo ese modelo de servicios ha seguido imperando en muchos centros
educativos limitando frecuentemente la eficacia y el alcance de la Orientación Educativa.
Si ya entonces mi opinión era que la Orientación
Educativa, para cumplir sus objetivos y afrontar los desafíos de una sociedad
que comenzaba a experimentar cambios profundos, debía transitar hacia un modelo
de programas, hoy en día con el siglo XXI ya bastante avanzado, considero aún más
fundamental su extensión y profundización, de forma pueda llegar a ser un
autentico “proceso continuo que forma parte del proceso educativo y que
implica a todos los educadores, debiendo llegar a todas las personas, en todos
los aspectos de su desarrollo y durante toda la vida” según la definió
Bizquerra en la obra antes citada
Una Orientación Educativa basada en programas
implica ofrecer una respuesta planificada hacia una necesidad de actuar que
deriva de un análisis riguroso de los distintos sistemas que conforman el
contexto escolar y socio-comunitario en el que se desarrolla. Organizar la
Orientación Educativa en torno a programas permite compensar la limitación de
recursos que tan frecuentemente padece
Una Orientación Educativa para la prevención
supone establecer como objetivo fundamental disminuir el nivel de aparición de
nuevos casos problemáticos contrarrestando las circunstancias que los provocan y
actuando sobre grupos (en ocasión sobre grupos de riesgo) y no sobre individuos.
Las actuaciones derivadas de establecer determinados programas de orientación
benefician no solo a las personas que presentan determinadas problemáticas, también
a toda la población a la cual se dirigen esos programas.
Finalmente, una Orientación Educativa para el
desarrollo supone asumir que su fin primordial e irrenunciable consiste en
potenciar todos los aspectos del desarrollo humano de todas las personas y no
solo intentar compensar déficits o necesidades “especiales”.
Partiendo de estos principios de prevención y
desarrollo y los objetivos que conllevan, establecer un modelo de orientación
educativa basada en programas supone llevar a cabo dos procesos
interdependientes: el diseño de programas y la investigación evaluativa.
DISEÑO DE PROGRAMAS
El diseño de programas es un proceso arduo y
especializado que conlleva una serie de etapas y tareas
- Analizar el contexto educativo y socio- comunitario determinando y operativizando las variables del contexto socioeducativo en el cual se pretende intervenir
- Seleccionar los fundamentos teóricos del programa, eligiendo una teoría o un modelo de actuación suficientemente contrastados y validados en los que basar la intervención además de concretar los propios procesos de tal intervención.
- Describir los elementos formales del programa: los objetivos generales y operativos, las actuaciones y actividades, la temporalización, los recursos…
- Diseñar los materiales del programa, tanto para los destinatarios de este, como para los educadores que tengan la responsabilidad de aplicar el programa, así como otros materiales de apoyo. El uso de recursos TIC disponibles actualmente o elaborados ad hoc se hace indispensable para optimizar la eficacia del programa y la posibilidad de llegar a todos los destinatarios.
- Establecer la estrategia de evaluación del programa, escogiendo el diseño de investigación evaluativa del programa y determinando y elaborando los instrumentos de recogida de los datos que permitan su análisis operativo.
INVESTIGACIÓN EVALUATIVA
La
investigación evaluativa es un modo de investigación que implica un proceso
riguroso, controlado y sistemático de recogida y análisis de información fiable
y válida para tomar decisiones sobre un programa educativo.
El
proceso de evaluación de programas debe ser en si mismo una auténtica estrategia
de investigación sobre los procesos educativos y sus resultados deben servir para
orientar los procesos de intervención, de forma que investigación e
intervención se apoyen mutuamente.
Solo de
esta forma es posible establecer una Orientación Educativa basada en evidencias, que se aleje de muchos planteamientos basados en pre-juicios, en “lo que
siempre se ha hecho”, en inamovibles y caducas “escuelas” o en propuestas
legislativas politizadas e ideologizadas.
Esta
investigación evaluativa requiere por su parte dos tareas fundamentales
- Determinar qué datos son datos para valorar la eficacia del programa.
- Diseñar un plan que permita obtener la información necesaria para establecer relaciones significativas entre el programa y los resultados obtenidos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Alzina, R. B. (2000). Orientación psicopedagógica para la
prevención y el desarrollo. Marcombo.
Tejedor,
F. J. (2000). El diseño y los diseños en la evaluación de programas. Revista de investigación educativa, 18(2),
319-339.
Interesante artículo, muy útil y sustancioso, gracias!
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